sábado, 9 de agosto de 2014

EL BOTE BLANCO JOAQUIN SOROLLA


EL BOTE BLANCO 1905

El bote blanco
óleo sobre lienzo 105 x 150 cm
Colección particula





Tras pasar los primeros días de verano de 1905 en Valencia junto a sus suegros ,Sorolla y su familia se trasladaron poco después a Javea en compañía del doctor Simarro permaneciendo  en esta población de la costa levantina hasta finales de septiembre.


Durante estas semanas, el artista desarrolló una de las campañas estivales más intensas y  fecundas de toda su carrera, de una frenética e incansable actividad , en la que palpita el entusiasmo irrefrenable y vehemente de sus pinceles ante el estímulo estético del sol mediterráneo sobre el intenso mar azul de las accidentadas costas de Javea.


Será efectivamente en este verano cuando Sorolla definirá en toda su plenitud una de las facetas más identificativas de su poliédrica personalidad artística , y que le daría mayor fama , como  pintor de escenas de playa pobladas por niños , que habían tenido ya un protagonismo muy particular en sus cuadros pintados en el verano anterior.


Sin embargo, mientras que en sus lienzos anteriores de esta temática, Sorolla había mostrado  una preocupación fundamental por la corporeidad de las figuras frente a la fluidez transparente y cambiante del mar, durante este verano de 1905 el artista libera completamente su retina y sus pinceles , en un afán decidido por convertir en manchas de pura pintura los efectos del agua, sus brillos y sus transparencias de su superficie ondulante deshaciendo los cuerpos infantiles sumergidos en el mar ; aspecto que será a partir de entonces una de las señas de identidad más reconocibles de su arte, y en el que alcanzará en los años siguientes algunas de las cotas máximas de modernidad en su pintura. 








Nadadores,Javea
óleo sobre lienzo 90x 126 cm
Museo Sorolla,Madrid

Entre el conjunto de obras realizadas por Sorolla en esta fructifera campaña estival de extraordinaria riqueza y variedad se encuentran numerosos apuntes de pequeño tamaño, así como importantes paisajes , bien aislados, o transitados por su familia, pero, sobre todo, una gran cantidad de lienzos que tiene como protagonistas únicas y absolutas a inquietas figuras infantiles disfrutando del mar , bien jugueteando entre las rocas o nadando en las transparentes aguas de la costa de Javea, como puede verse, entre otros, en el titulado  Nadadores, Javea : testimonios todos ellos de la visión gozosa y naturalista del cuerpo humano en contacto con el mar tan genuinamente mediterránea.


Relacionado en su concepto y enfoque con este último lienzo El bote blanco es seguramente el más atractivo de todos los cuadros de cierto tamaño pintados por Sorolla en ese verano, constituyendo la expresión máxima de sus conquistas estéticas a la búsqueda de la pura pintura, que despliega por toda su superficie.


Así representa a dos muchachos que juegan divertidos agarrándose al cabo de una pequeña  barca , rotulada con su nombre " RAYO " en la amura de su proa y que intentan acercar a la orilla, transparentándose en primer término la silueta oscura de una roca bajo el agua, a la  que se agarra uno de los chicos para aproximar la embarcación.


Sorolla había captado al natural una primera idea de este espléndido lienzo en un brevísimo  apunte-apenas un mero croquis-que resume ya, sin embargo, la idea principal de su composición, con dos cuerpos infantiles evolucionando en torno a la barca y el reflejo de su perfil en el agua. Con tal somero esquema el artista fue capaz de conseguir uno de los aciertos más rotundos de sus escenas infantiles ambientadas en el mar. En efecto, la audacia de su composición , dispuestos sus elementos con gran equilibrio y armonía en el centro de su encuadre , corta la barca y elimina toda referencia al horizonte para colmar toda la superficie del lienzo con el azul profundo del mar de Javea, que Sorolla convierte en trozos magníficos para su pintura. Así aplica sobre un fondo de preparación azul amplias pinceladas de otro azul más intenso, casi añil en algunas zonas, para dibujar con sus reflejos en movimiento el perfil de la embarcación que se expande en amplias manchas de color . Junto a esta forma de pintar , absolutamente generosa y libre, el artista conjuga una técnica mucho más atenta a los golpes de pincel con los que construye las figuras de los muchachos , los brillos de su piel húmeda,la sombra de los brazos del que sonrie a su compañero o el reborde rutilante del agua que recorre el perfil de la embarcación.

Bibliografía : Joaquin Sorolla , Begoña Torres, Edic Libsa



Tamara Tamaral
9-08-2014



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