Después del baño óleo sobre lienzo 128 x 191 cm Colección particular
La pintura de desnudo tuvo un protagonismo esencial en la obra de Sorolla a lo largo de toda su trayectoria artística, tanto en sus innumerables escenas de playa , pobladas de inocentes desnudos infantiles brillantes al sol por el agua del mar , como en sus grandes cuadros que tienen como único argumento el estudio del cuerpo humano , esencialmente femenino, que interpreta con la plenitud gozosa y sensual característica de sus ojos y su paleta, logrando en la cúspide de su madurez algunas de las obras antológicas de toda la historia de este género en la pintura española.
Como ocurre con cualquier otro artista de su tiempo y formación , la presencia del desnudo en la obra de Sorolla , arranca lógicamente desde sus pasos iniciales como estudiante, dentro de las exigencias de la enseñanza académica en el conocimiento y dominio de la anatomía humana , vinculándose por tanto sus primeros ejemplos en esta disciplina a ejercicios de aprendizaje , revestidos en ocasiones de una evocación clásica , como era habitual en este tipo de estudios noveles.
En esta misma voluntad de reconocimiento público de su calidad como artista , Sorolla incluyó pinturas de desnudos entre los conjuntos de obras que seleccionó para sus primeras participaciones en la Exposición Nacional de Bellas Artes , con la necesidad juvenil demostrar en Madrid la solidez de su formación académica y su solvencia en el dominio de un género que, al cabo, constituía uno de los pilares fundamentales del aprendizaje de todo pintor en sus enseñanzas oficiales.
En efecto, después de haber presentado a la Exposición Nacional de 1887 un Estudi ( desnudo ) que en realidad correspondía a un trabajo procedente de un segundo envio de pensionado en Roma, por la Diputación de Valencia , en 1892 , incluyó esta pintura que tituló Después del baño , entre los diez cuadros que presenta a la edición de este año y entre los que se encuentran algunas de las obras maestras del artista en distintos géneros de ese momento , como ¿ Otra Margarita ?.
Así, este espléndido lienzo constituye sin duda el mejor desnudo académico pintado por Sorolla en toda su vida, en un deseo de demostrar con el sus excepcionales cualidades para un género que tan esencial iba a ser después en su carrera de pintor . Verdaderamente, el cuadro concentra en un nivel de exigencia máxima las mejores capacidades de Sorolla ya en su juventud para la pintura de desnudo , que interpreta en esta obra dentro del más riguroso virtuosismo técnico de la tradición internacional , marcada a lo largo del siglo por los grandes maestros académicos del género en Europa.
Muestra a una joven sentada en el suelo de lo que parecen ser unas termas clásicas, revestidas de grandes losas de mármol . Pintada prácticamente de perfil , con su cabello fosco recogido en un moño y el rostro ensombrecido , se está secando las piernas con una gran sábana blanca , viéndose el extremo derecho de un ligero charco de agua , que alude al reciente baño de la muchacha.
El mero planteamiento compositivo del cuadro da a Sorolla todos los elementos para poder lucir sus excepcionales cualidades técnicas , ya en pleno dominio de todos los recursos pictóricos , a sus veintinueve años. Por una parte, el encuadre del cuerpo de la mujer permite valorar la sensualidad lozana y turgente de su desnudo juvenil a la vez que evita cualquier atrevimiento abiertamente provocados en su pose, por el contrario recogida y pudorosa . El artista modela su anatomía con un dibujo firme y riguroso , en la más pura tradición académica , que matiza los brillos de su piel, todavía humedecida , con transparencia de luz muy sutiles , apreciables sobre todo en el torneado de los brazos y los glúteos , el volumen del hombro o el reflejo de de la claridad del mármol de la anatomía de la espalda, levemente ensombrecida.
Todo el cuadro está resuelto con la pulcritud técnica más atenta del estilo juvenil de Sorolla en estos años, pendiente de una definición precisa , visble hasta en los detalles más aparentemente secundarios , como los perfiles de las juntas de las grandes losas de mármol o el brillo del borde de agua, buscando el juego de contrastes entre las diferentes superficies del agua , la tela y el mármol que envuelven el cuerpo de la joven. Por otro lado, el contraste entre la calidez turgente de la piel nacarada de la mujer con la dureza fría del mármol permite a Sorolla desplegar su destreza técnica más delicada en su forma de traducir las vetas de las piernas , haciendo alarde de su dominio pictórico de los infinitos matices de una misma gama cromática ; destreza que alcanza en esta obra cotas supremas en la representación de la gran tela blanca con la que se seca la mujer, maravillosamente modelada en sus pliegues menudos, mostrando ya su dominio de los blancos , que será proverbial en la obra madura de Sorolla y, que redondea aquí en un ejercicio académico al máximo nivel , muy por encima de cualquier otro pintor español de su tiempo,superando con creces a otros grandes maestros hispanos en la pintura de desnudos admirados por Sorolla.
Bibliografía : Joaquin Sorolla Museo del Prado
Tamara Tamaral
13-08-2014
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