jueves, 31 de mayo de 2018

LA COCHERA RAMÓN CASAS

LA COCHERA  1906


La cotxera
óleo sobre lienzo 1,45x 1.93cm
Colección particular

Los viajes que realizó Casas fueron muchos; y a ellos se refiere a menudo en la abundantísima correspondencia que cruzaba con sus amigos, entre ellos otro fenómeno del modernismo, Miquel Utrillo. A éste contaba, por ejemplo, que aprovechando el tiempo libre que tenía en las sesiones para retratar al rey Alfonso XIII, se escapaba por los alrededores con su coche con el que logró subir al Alto del León, en Guadarrama. Donde, como en las cocheras de Moià, también hizo fotos que luego utilizó para pintar el óleo La dama del visó. Una obra que le sirvió de modelo, a partir de junio de 1904, para ilustrar la primera emisión de las acciones de la Hispano-Suiza en las que se veía una mujer envuelta en un abrigo de visón con el morro del coche de fondo. Porque Casas pintaba, con frecuencia, escenas que él había vivido en sus viajes, como el que hizo con motivo de la Exposición Universal de París en 1900 donde estuvo una temporada, lo suficiente para comentar en sus cartas las prisas de los últimos días. Y criticar, también, la fealdad de la Puerta Monumental de la exposición, apodada Binet, nombre que se le dio en honor al arquitecto francés René Binet, su autor.


Fue en un viaje a París, en marzo de 1906, cuando en una parada obligatoria del camino en las cocheras de Moià, el pintor Ramon Casas hizo una fotografía: viejos carruajes tirados por caballos en un cochambroso cobertizo. La imagen fue la que luego le sirvió para hacer un gran lienzo: a un lado del cobertizo reflejó aquellos caballos y los carruajes con unas personas de pie que representaban la sociedad más tradicional —una mujer con ropajes hasta los pies y pañuelo a la cabeza, un cura, un mozo y un ¡mosso d’esquadra!— y al otro lado, un flamante coche —un Delaunay-Belleville— bajo el mismo techado con una luz que inunda el fondo de la escena. La cotxera es el nombre de ese lienzo que representa la modernidad y lo antiguo, dos mundos con los que convivió el artista, uno de los grandes del modernismo,

Tamara Tamaral
31-05-2018

Bibliografia : ForoXerbar 

domingo, 22 de abril de 2018

ANTES DEL BAÑO RAMÓN CASAS

ANTES DEL BAÑO 1894
Abans del bany.jpg
Antes del baño
óleo sobre lienzo 72,5 x 60 cm
Museo de Montserrat , Monasterio de Montserrat







La delicadeza con la que Casas representa determinadas obras de carácter intimista, habituales en su obra a partir de 1893, se pone de manifiesto especialmente en las escenas de toilette. No se trataba de un tema innovador, ya que algunos pintores franceses, como por ejemplo, Degas, habían representado este tema de manera insuperable. 


La visión de Casas era menos atrevida y menos sensual que la de los otros pintores coetáneos, quizá porque el artista conocía sus limitaciones que, por razones de orden moral, imponía el mercado artístico catalán. Así pues, Casas adoptó una visión más idealizada de la realidad, intentando potenciar la belleza de las escenas más anodinas de la vida cotidiana. 


En este sentido, no hay duda que obras como la que nos ocupa muestran su capacidad para envolver la realidad de un halo misterioso  a partir de una atmósfera que rodea e integra todos los elementos diferentes de la escena. Así mismo, la atractiva figura de la mujer desvistiéndose adquiere una dimensión especial no solamente por el blanco intenso de su ropa sino también por la aureóla de luz que entra tamizada a través de la persiana y que envuelve el rostro y su cabello.

Tamara Tamaral
22-04-2018

Bibliografia : Wikipedia

viernes, 9 de marzo de 2018

SUPUESTO AUTORRETRATO EL GRECO

SUPUESTO AUTORRETRATO EL GRECO 1595 -1600* 


Supuesto autorretratoóleo sobre lienzo 52,6 x 46,7 cm
Museo de Nueva York. The Metropolitan Museum




 Tras formar parte en el pasado de las colecciones madrileñas, este extraordinario cuadro pasó a su sede actual como legado de Joseph Pullitzer . La firma apócrifa fue borrada en 1947 con ocasión de una restauración . Tradicionalmente considerado como un autorretrato del pintor Es uno de los retratos más incisivos que se conservan del artista.


 El hombre viste un elegante abrigo con forro de piel , que hace pensar en la vida ahora lujosa del pintor .  El rostro posee gran interés por los rasgos marcados  ,vivaces y extremadamente expresivos Una mirada curiosa , sorprendida, divertida que revela todo su interés por la vida y el orgullo de su profesión  a los sesenta años . Diáfano y flaco, con grandes orejas y labios ligeramente violáceos , el rostro aparece fuertemente iluminado por una fuente de luz externa que se refleja en el cuello de la piel 



Tamara Tamaral
9-03-2018


Bibliografia : " El Greco " Edit Biblioteca El Mundo


martes, 9 de enero de 2018

SAN JUAN ANTE LO MISTERIOS DE APOCALIPSIS EL GRECO

SAN JUAN ANTE LOS MISTERIOS DE APOCALIPSIS

San Juan ante los misterios del Apocalipsis
óleo sobre lienzo 222x 128 cm
Metropolitan Museum de Nueva York

Como la mayoria de las pinturas de El Greco , en esta escena nos ofrece una visión sobrecogedora del Apocalipsis. Es la última gran obra del artista y se halla inacabado .

Emociona pensar que la muerte interrumpiera esta pintura que expresa la personal visión de un hombre respecto al destino ultraterreno que le está reservado . En ella aparece San Juan , a la izquierda, anonadado por la visión que se le ofrece: el premio a los bienaventurados cuyo símbolo son los mantos que los ángeles hacen descender sobre las almas desnudas .

Los diversos personajes en actitudes variadas de contrapposto ,se presentan ante el santo son, en realidad, representación de entes inmateriales, que en  el Greco, se ofrecen con la visión de unos conocimientos de anatomía humana que se antojan remotos , casi olvidados .

Posiblemente, El Greco se sentiría tal vez en otro mundo- el mundo de los justos-al concebir y comentar esta obra, cuyo inmediato precedente compositivo es el Laoconte . Las masas de color , las luces y las sombras se funden de manera tan fluida que el medio en que acoge a todos estos personajes constituye una visión en si mismo.

La monumental efigie de San Juan, paralizada en un gesto patético, centra la atención del espectador , que debe declararse incapaz de distinguir en el lienzo la sucesión de planos en el espacio a la que le han habituado las normas pictóricas.


Tamara Tamaral
9-01-2018

Bibliografia : El Greco, Edit Biblioteca El Mundo


sábado, 6 de enero de 2018

EL PRINCIPE BALTASAR CARLOS CON SU ENANO DIEGO RODRIGUEZ DE VELÁZQUEZ

EL PRINCIPE BALTASAR CARLOS CON SU ENANO
El principe Baltasar Carlos con su enano
óleo sobre lienzo 128x 102 cm
Boston, Museum of Fine Arts



Aunque la obra se consideraba en el siglo XIX como un retrato del príncipe de Parma atribuido a Caravaggio , no hay duda acerca de la identificación de su autor y del tema . Se trata de la primera representación por Diego de Velázquez del infante Baltasar Carlos . Este nació el 17 de octubre de 1629, cuando el pintor se hallaba en Italia . Hubo que esperar el retorno del artista , a principios del año 1631, para que se pudiera pintar el retrato del heredero de la corona española.


El cuadro de Boston tiene una importante dimensión dinástica. Baltasar Carlos está representado visto desde arriba , sobre un pequeño estrado cubierto con una alfombra , anunciando los futuros retratos de Margarita y de Felipe Próspero . Una pesada cortina forma un dosel mientras su sombrero descansa sobre un cojín , a imagen de las mesas de mantel rojo que figuraban en los retratos de Felipe IV . Erguido el joven príncipe viste ropa de gala , ricamente bordada , con un cuello de peto de armadura , y luce una banda de seda rosa que evoca el uniforme de un jefe guerrero . El bastón de mando que empuña y la espada que lleva al cinto  insisten en ese carácter militar. La mano posada sobre la empuñadura del arma, es , además, una convención del retrato real , que simboliza el deber de protección del monarca hacía su reino. 

En contraste con el hieratismo de la pose del príncipe , el segundo personaje de la composición , un enano de la corte , vestido como un niño de corta edad , capturado en pleno movimiento , se dispone a  salir del campo de la representación en el sentido pictórico y teatral . Se lleva consigo un sonajero y una manzana  , atribuidos de la infancia que desaparece , pero también  una evocación de las enseñanzas reales del cetro y del orbe, que a partir de ese momento deben dar paso a la realidad del ejercicio de las responsabilidades.


Tamara Tamaral
6-01-2018

Bibliografia : Velázquez, Edit Biblioteca el Mundo 
 

martes, 27 de diciembre de 2016

GITANA BAILANDO EN UN JARDÍN MARIANO FORTUNY

GITANA BAILANDO EN UN JARDÍN 1870-1872
Gitana bailando en un jardín
óleo sobre lienzo 56 x 46 cm
Colección particular



Esta obra pertenece a ese grupo de pequeñas e intimistas escenas , ambientadas de distintos modos en el jardín de su casa , que caracterizan la producción de género de Fortuny en estos momentos.
De pequeño formato y protagonizadas por figuras elegantes que se nos muestran muy próximas a través de la perfecta plasmación de sus gestos y fisonomía , estos fragmentos de vida mundana o popular parecen brotar de una actitud apacible y alegre del artista , que traduce en el lienzo los mil eventos sin historia de la realidad de cada día.

Esta característica define también los tonos de esta airosa composición , en la que una joven gitana está bailando en un jardín ante una pared encalada tipícamente anadaluza mientras, en la zona de la derecha , una pareja sentada parece " arrancarse " cantando, acompañándose la maja por las inevitables castañuelas. En primer plano se esboza una fuente con contornos decorados por azulejos de clara inspiración árabe, y, al fondo, apreciamos varios tiestos plagados de coloristas flores y el jarrón nazarí - al que faltaba el gollete y las asas- que parece ser que el artista compró en una oscura taberna en el barrio granadino del Albaicín , y que destaca nítidamente entre los naranjos.

Es excepcional el amplio juego de perspectivas , minuciosamente construido a base de líneas en diagonal y a través de los vibrantes toques de color , que dirige nuestra mirada , desde la izquierda , hacia el lateral derecho del cuadro , donde se encuentra la pareja de cantantes sentada ; éstos, junto al jarrón y los naranjos , son los verdaderos protagonistas de la composición. Delicadamente fundida con los elementos naturales y casi desgranada por la luz , la escena adquiere de hecho , el tono de una fábula literaria donde, sin ninguna pretensión de crítica social o de costumbres , toma forma el mundo andaluz y mediterráneo.

El preciosismo del maestro - que se puede apreciar en algunos detalles como los tiestos o el traje de bailaora- se conjuga con una pincelada rápida con la que consigue una sensacional calidad de atmósfera, que diluye los contornos de los rostros - técnica que ,antes que él , ya frecuentaba Velázquez. En esta ocasión , no se detiene en las descripciones minuciosas : la vegetación , el suelo , la fuente y la tapia, deslumbradamente blanca - leiv motiv, fundamental para el artista - están determinadas a través de fuertes y valientes manchas de tonos de gran intensidad , con una clara intención de indefinición de las formas.




Jardín de la casa de Fortuny
óleo sobre tabla 40 x 27 cm
Museo Nacional del Prado, Madrid

En Jardín de la casa de Fortuny, otra vez el artista vuelve a pintar el encantador jardín que tenía en su casa . Para Fortuny en estos momentos pintar significaba seguir sintiendo el impulso vital y éste, se desarrollaba , en mejor medida , desde su casa, desde su taller y su jardín .

Aunque el artista estuvo en Granada hasta avanzado el mes de octubre de aquel año , dejó la tabla inacabada . Años después , seguramente en 1877 , su cuñado Raimundo de Madrazo , completaría la pintura , introduciendo en ella a Cecilia, elegantemente vestida y portando una sombrilla de color rojizo.

La extremada verticalidad de la escena viene determinad por los árboles -cipreses- que tienden a crear un efecto ascendente . El protagonismo de la vegetación continúa en un amplio seto de boj, en las plantas trepadoras y en las malvas reales , flores muy del gusto de Fortuny , para las que realizó varios apuntes.  Esta vegetación de colorido cambiante , que contrasta vivamente sobre la blanquísima tapia y el despejado cielo , es observada con atención natural y plasmada con una frescura y viveza que anuncian la mejor etapa de su época.

Arranca a este pequeñísimo jardín sugestivas apariencias traducidas sobre el lienzo con ríquisimas cualidades que constituyen una auténtica fiesta para los ojos y cuya magia ejerce una poderosa seducción : grises, verdes, azules , rosas, amarilos-materia ligerísima y la luz sutil de la caída de la tarde conviven con pinceladas pastosas y claridad de pleno sol . Los colores están aplicados por toda la superficie con generosas y fuertes pinceladas y manchas de tono de intensidad similar, con una clara intención de definir las formas .Presenta todos los elementos del jardín con una minuciosidad casi caligráfica : las piedras, los guijarros del suelo , la textura de las plantas , los árboles o los tiestos , que contratan con la soltura que aplica en otras partes del cuadro , como el cielo o la tapia , en la que se proyectan las sombras coloreadas , logrando conjugar dos estilos aparentemente opuestos para crear una fórmula muy personal.

Los trazos del pincel -nerviosos , abiertos y con toques rápidos -sustituyen el barrido largo y modelado , y consiguen " cazar " literalmente los reflejos solares , tamizados a través de la exultante vegetación , interpretando simultáneamente , la vibración , el movimiento de este pequeñísimo mundo circundante

Tamara Tamaral
27-12-2016

Bibliografía : Fortuny Museo Nacional de Arte de Cataluña

sábado, 24 de diciembre de 2016

ESCENA DE TABERNA DIEGO DE VELÁZQUEZ

ESCENA DE TABERNA 1618
 
Escena de taberna
óleo sobre lienzo 96 x 112cm
Museo de Budapest 





Las escenas de taberna se denominan en España "bodegones". Las razones para el rechazo académico hacía  este tipo de pinturas hay que buscarlas en que el crudo naturalismo que reflejaban este tipo de pinturas , chocaba con el desprecio que sentía  la burguesía hacía la representación pictórica de este tipo de personajes de condición humilde . Sin embargo, a pesar del rechazo que muchos críticos sentían hacía este tipo de pinturas , Velázquez supo representarlas con respeto y solemnidad.
 
 
En la pintura que nos ocupa Escena de taberna nos presenta a los personajes en una actitud grotesca , uno arrugado con la mirada extraviada en el vacío, el otro feo y haciendo muecas , no constituye claramente un rechazo de la pobreza, sino del descarrío que ésta puede engendrar.
 
Este tipo de pinturas tenían su correspondencia con la difusión de la "novela picaresca " , género literario nacido en España en los siglos XVI Y XVII que ponía de manifiesto las burlescas peripecias de los vagabundos para sobrevivir .
 
 
 
La obra por si misma parece desprovista de una verdadera narración y se contenta con la descripción de unos" tipos " en el contexto de una modesta cotidianeidad
 





Velázquez representa fielmente al artista barroco ya que plasma con precisión en sus obras el sentido racionalizador que se busca en la pintura, sin perder la teatralidad propia de este tipo de composiciones barrocas.




En todos sus bodegones podemos contemplar la perfección de su técnica al captar las calidades de tejidos, objetos y como las figuras llegan a un tener un realismo casi tangible. Las producciones velazqueñas dentro del género de bodegones y naturalezas muertas se vuelcan en parte en la temática religiosa, llenando escenas de cocina con pasajes bíblicos o evangélicos.


Los tipos de personajes de estas obras se repiten constantemente, son personas humildes y con un cierto carácter melancólico o pensativo, son personajes corrientes en un ambiente cotidiano y real.

 
Tamara Tamaral ( autora )
24-12-2016






Bibliografía : Diario de a bordo

Wikipedia