EL JARDÍN DE DAUBIGNY 1890
EL Jardín de Daubigny óleo sobre lienzo 56 x 106 cm Museo Nacional de Arte de Hiroshima
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Uno de los motivos más tratados por Van Gogh durante su estancia en Auvers será el jardín de Daubigny por el que sentía especial admiración. En EL Jardín de Daubigny se expresa toda la angustia vital que conduciría a Vicent van Gogh , pocas semanas después de concluir el lienzo, a poner fin a sus días . Esta tela fue ejecutada en Auvres-sur. Oise , cuya iglesia parroquial -aparece en el fondo . Corresponde , pues, al momento en que el artista era huésped del doctor Gachet , un período de actividad febril en el que diariamente compondría un cuadro .
Es notable en esta composición el interés que demuestra su autor - interés poco frecuente en su obra- por obtener los términos de profundidad espacial con un cuidadoso empleo de los recursos perspectivos.
Es ésta una delicada vista de un amplio espacio, cerrado por el grandioso edificio y la iglesia al fondo, en el que podemos contemplar todos los elementos del jardín: desde el gato negro en primer plano hasta el cenador del fondo, sin olvidar las flores, los árboles, la señora o la verja, en un esplendoroso interés por mostrarnos todos los detalles. Evidentemente, Vincent no emplea un estilo preciosista y minucioso como los artistas académicos; más bien su maestría esté en plasmar en el lienzo todos esos elementos a través de una pincelada suelta, con manchas y pequeños toques de pincel que configuran la composición, como si de un puzle se tratara.
Incluso los colores intentan chocar menos, y aunque sigan existiendo las características luchas entre complementarios. Van Gogh utiliza pocos colores limitándose al empleo de dos colores: verde y el azul que corresponde a la iglesia y a la franja que atraviesa el primer término del cuadro .
Precisamente será esta pequeña pincelada la que haga de Van Gogh un artista inconfundible, especialmente las espirales. Partiendo del puntillismo de Seurat y de la estampa japonesa, Vincent desarrollará un estilo propio que le caracteriza. Curiosamente, en algunas zonas otorga una mayor importancia a las líneas al marcarlas con un trazo más fuerte como en la iglesia. Esto será una clara influencia del simbolismo de Bernard pero también se produce por el deseo del artista de demostrar que había alcanzado una importante soltura en el dibujo, su gran preocupación. Sus colores son habitualmente muy vivos, jugando con las gamas de complementarios y empleando el malva para las sombras como tanto gustaban los impresionistas, cuyo estilo sirve a Van Gogh de punto de partida llegando a realizar estas inolvidables escenas.
Tamara Tamaral
14-08-2016
Bibliografía : ARTEHISTORIA
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