lunes, 29 de agosto de 2016

RETRATO DEL CONDE DUQUE DE OLIVARES DIEGO DE VELÁZQUEZ

RETRATO DEL CONDE DUQUE DE OLIVARES 1637 - 1638
 
 
Retrato del conde-duque de Olivares
Óleo sobre lienzo 67 x 54 cm
Museo del Ermitage, San Petesburgo
 
 


A pesar de la insobornable veracidad de sus retratos , que descubrían con implacable poder lo más secreto en la figura del retratado . Velázquez era muy apreciado por los que les encargaban sus retratos .

El famoso válido en cuyas manos durante veintitrés años permaneció un poder casi ilimitado sobre España , don Gaspar de Guzmán , conde de Olivares , duque de Sanlúcar de Barrameda, fue repetidamente modelo de Velázquez .



. Resulta tremendamente sorprendente el verismo con el cual Velázquez transmite los principales rasgos del protagonista. La imagen trasluce el carácter severo del conde-duque y simultáneamente pone de manifiesto aspectos que descubren una tenacidad e ingenio poco corrientes.
 
Su vestimenta es marcadamente sencilla y falta de ostentación. La pensativa y perdida mirada constituye un sorprendente contraste con la expresión del rostro llena de gran altivez. . Diversos matices de color modelan el rostro con maestría y desiguales pinceladas realzan la conformación de las facciones
 
La maestría artística de Velázquez aparece en el presente retrato en toda su plenitud , el colorido se distingue por su carácter contenido y de extraordinaria nobleza.. La obra es una acabada muestra del extraordinario realismo alcanzado por el genial artista
 
 
Tamara Tamaral
29-08-2016
 
Bibliografía : Velázquez, Edit Biblioteca El Mundo 

martes, 16 de agosto de 2016

MUJERES DE ARLES VICENT VAN GOGH

MUJERES EN ARLES

Mujeres de Arles
óleo sobre lienzo 73.5 x 92 cm
Museo del Ermitage, San Petesburgo

 
 
Mujeres de Arlés también es conocido con el título Recuerdo del jardín de Etten (pequeña ciudad del norte de Holanda en la que trabajó el pintor algún tiempo). Probablemente fue este hecho, el del recuerdo, el que hizo innecesario el trabajo al natural. Las figuras y el paisaje se extienden sin profundidad, paralelamente a la superficie del lienzo, en zonas peculiares, de acuerdo a un método adquirido de los pintores japoneses.
 
 
A primera vista parece que el cuadro está pintado en anchas extensiones de colores, pero una mirada atenta nos demuestra que estas extensiones están saturadas de pequeñas y precipitadas pinceladas, que crean el dinamismo interno de las formas y las hace sumamente expresivas. Los rostros de las mujeres, pensativos y tristes, transmiten al espectador un sentimiento de angustia. Mientras en el otro lado del cuadro una mujer recoge flores , su postura inclinada no nos permite ver el rostro de ella , sólo se percibe el vestido de color gris y sobre su cabeza lleva una cofia para protegerse del sol , y parece ajena al sufrimiento de las otras dos mujeres
 
 
                                                               Tamara Tamaral
                                                                   16-08-2016
 
Bibliografía . La Pintura de los Grandes Museos, Edit Planeta
 
 
 
 

domingo, 14 de agosto de 2016

EL JARDÍN DE DAUBIGNY VICENT VAN GOGH

EL JARDÍN DE DAUBIGNY 1890




EL Jardín de Daubigny
óleo sobre lienzo 56 x 106 cm
Museo Nacional de Arte de Hiroshima

 



Uno de los motivos más tratados por Van Gogh durante su estancia en Auvers será el jardín de Daubigny por el que sentía especial admiración. En EL Jardín de Daubigny se expresa toda la angustia vital que conduciría a Vicent van Gogh , pocas semanas después de concluir el lienzo, a poner fin a sus días . Esta tela fue ejecutada en Auvres-sur. Oise , cuya iglesia parroquial -aparece en el fondo . Corresponde , pues, al momento en que el artista era huésped del doctor Gachet , un período de actividad febril en el que diariamente compondría un cuadro .

Es notable en esta composición el interés que demuestra su autor - interés poco frecuente en su obra- por obtener los términos de profundidad espacial con un cuidadoso empleo de los recursos perspectivos.


 Es ésta una delicada vista de un amplio espacio, cerrado por el grandioso edificio y la iglesia al fondo, en el que podemos contemplar todos los elementos del jardín: desde el gato negro en primer plano hasta el cenador del fondo, sin olvidar las flores, los árboles, la señora o la verja, en un esplendoroso interés por mostrarnos todos los detalles. Evidentemente, Vincent no emplea un estilo preciosista y minucioso como los artistas académicos; más bien su maestría esté en plasmar en el lienzo todos esos elementos a través de una pincelada suelta, con manchas y pequeños toques de pincel que configuran la composición, como si de un puzle se tratara.

Incluso los colores intentan chocar menos, y aunque sigan existiendo las características luchas entre complementarios. Van Gogh utiliza pocos colores limitándose al empleo de dos  colores:  verde y el azul que corresponde a la iglesia y a la franja que atraviesa el primer término del cuadro .


 Precisamente será esta pequeña pincelada la que haga de Van Gogh un artista inconfundible, especialmente las espirales. Partiendo del puntillismo de Seurat y de la estampa japonesa, Vincent desarrollará un estilo propio que le caracteriza. Curiosamente, en algunas zonas otorga una mayor importancia a las líneas al marcarlas con un trazo más fuerte como en la iglesia. Esto será una clara influencia del simbolismo de Bernard pero también se produce por el deseo del artista de demostrar que había alcanzado una importante soltura en el dibujo, su gran preocupación. Sus colores son habitualmente muy vivos, jugando con las gamas de complementarios y empleando el malva para las sombras como tanto gustaban los impresionistas, cuyo estilo sirve a Van Gogh de punto de partida llegando a realizar estas inolvidables escenas.



Tamara Tamaral
14-08-2016
 
Bibliografía : ARTEHISTORIA