martes, 24 de marzo de 2015

JARDINES DEL ALCÁZAR DE SEVILLA MANUEL GARCÍA RODRIGUEZ

JARDINES DEL ALCÁZAR DE SEVILLA 1920-1928


Jardínes del Alcázar de Sevilla
óleo sobre lienzo 55,3 x 68,6 cm
Colección Carmen Thyssen Museo Thyssen , Málaga







El presente lienzo, de formato medio, está dirigido explícitamente a contener una escena que conviva en un ambiente doméstico de tono burgués. En este caso, García Rodríguez, ya en el final de su producción artística en la década de los años veinte, recoge en esta vista de los jardines del Alcázar sevillano un rincón de las ampliaciones efectuadas por el marqués de la Vega-Inclán en los terrenos aledaños, pertenecientes a la antigua Huerta del Retiro, contigua al Alcázar. Obsérvese la puerta gotizante del antiguo palacio de los duques de Arcos, procedente de la localidad sevillana de Marchena, luego desmontada y reinstalada allí por el marqués.

Si las reformas de estilismo y ambientación urbanísticas llevadas a cabo por el marqués de la Vega-Inclán tuvieron su efecto en la posterior imagen de la ciudad, asimilándose como una verdad pintoresca y típica, con acentos historicistas, lo mismo ocurrió con muchos de los cuadros de temática sevillana «organizados» por García Rodríguez. Se trata de un afán igualmente pintoresco e historicista, condensado de valores y circunstancias ambientales de la ciudad, hasta en ocasiones rozar lo teatral e incluso el preciosismo desbordante; tal es el caso que nos ocupa, con una almibarada y floreada, hasta la exageración, visión del Alcázar sevillano.


La producción en esas fechas de García Rodríguez está compuesta de escenas coloristas y descriptivas tocadas de cierto sentido ilustrativo –un aspecto de su obra que el pintor desarrolló con asiduidad en revistas como Blanco y Negro–, por lo habitual con una presencia insistente de figuras femeninas. Tales escenas tuvieron un éxito social extraordinario, en particular este tipo de cuadros dedicados al Alcázar sevillano, cultivados, en sus aspectos luministas, también por otros artistas sevillanos, como Gil de Gallangos o José Arpa, con una producción especialmente vinculada a estos jardines.

 
Tamara Tamaral
24-03-2015




Bibliografía :Juan Fernández Lacomba, Colección Carmen Thyssen, Málaga






 



 

miércoles, 11 de marzo de 2015

LA CRIADA SENTADA AMEDEO MODIGLIANI

LA CRIADA SENTADA 1916
 
La criada sentada
óleo sobre lienzo 92 x 65 cm
Colección privada




Las dificultades para afrontar el costo de modelos profesionales y la ausencia de encargos durante los duros años de la Primera Guerra Mundial fueron factores que determinaron que la obra de Modigliani esté poblada de personajes de su entorno artístico -pertenecientes a la bohemia parisina-y de personajes humildes y cotidianos . Muchas veces prefirió la naturalidad de los personajes modestos y trabajadores , desde la criada del vecino al comerciante de la esquina , por quienes sentía una genuina compasión y a quienes a veces pagaba regalándoles el retrato que de ellos había hecho.
 
 
En los retratos de mujeres anónimas abundan imágenes de sirvientas . Tal es el caso del retrato que aquí se reproduce . Una simple criada aparece representada en una pose característica de los personajes anónimos retratados por el artista : está sentada en posición frontal con las manos apenas esbozadas y apoyadas sobre el regazo . Aparece con su vestimenta de trabajo , una camisa oscura y un delantal a modo de falda con un diseño a rayas. Su rígido cuerpo se inclina levemente hacía la izquierda , posición que introduce cierta inestabilidad a la pausada composición .
 
La ovalada cabeza se apoya sobre un cuello ancho y macizo ,más bien robusto ; no es el cuello estilizado y esbelto de mujeres refinadas y elegantes que aparecen en otros retratos del artista . Un grueso trazo negro delimita los rasgos faciales . Los ojos, representados como dos manchas de color negro , dirigen una mirada ausente . El tono anaranjado de las carnaciones y el rojo intenso de los labios contrastan fuertemente en un entorno dominado por una gama de tonalidades frías . El cuerpo en especial el torso , se mimetiza con el fondo . La expresión del rostro y la paleta cromática contribuyen a crear una atmósfera de resignada tristeza.
 
Modigliani abordó aquí la llana existencia de esta mujer trabajadora con una sobriedad y una candidez que están muy lejos de la sensualidad de los desnudos pintados al año siguiente. Esforzándose por sacar lo mejor de la presencia de su modelo , Modigliani solía pintar a una misma persona dos veces : primero en un retrato de busto y después en un retrato de medio cuerpo , generalmente en posición sentada.
 
 
Tamara Tamaral
11-03-2015
 
 
Bibliografía : Modigliani, Edic Taschen